En la actualidad, las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestro día a día. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, cada vez son más las evidencias que apuntan a que están teniendo un impacto negativo en nuestra calidad de vida. Es por eso que en este boletín hablaré de cómo y por qué dejar las redes sociales. O, si no dejarlas, al menos usarlas saludablemente.
En concreto, las redes sociales están afectando seriamente nuestra autoestima, nuestra concentración y la conexión real con las personas. A su vez, también están generando un aumento de los trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. A continuación, analizaremos más a fondo los factores que generan estos efectos negativos. También discutiremos algunas estrategias que pueden ayudarnos a minimizarlos. Y, por último, aprenderemos cómo podemos darles un uso más consciente y beneficioso.
Para empezar, debemos tener en cuenta que la mayoría suele usar las redes sociales como una forma de llenar un vacío en sus vidas. En lugar de buscar soluciones reales a sus dificultades, recurren a estas plataformas. Optan por distraerse y escapar de lo que les angustia, preocupa o inconforma, en vez de buscar soluciones en el mundo real. Sin embargo, esto puede ser contraproducente ya que, en lugar de llenar ese vacío, las redes sociales pueden hacer que crezca aún más.
Efectos negativos en la autoestima
El problema proviene de que las redes sociales han dejado de ser solo un espacio para publicar y leer las publicaciones de tus amigos. Antes era así. Pero ahora, han reprogramado su experiencia para que todo sea sobre los indicadores de aprobación social: los «me gusta», los «me encanta», los comentarios, la cantidad de seguidores.
Cada vez que entramos a una red social, estamos advirtiendo si las personas están de acuerdo o no con nosotros, si les gustan nuestras fotos, si la persona que nos gusta se pasó por la última Storie, si aumentaron nuestros seguidores o cualquier otra cosa que nos pueda hacer sentir bien. Estamos validando constantemente nuestro estatus, nuestro atractivo, nuestra inteligencia, nuestra popularidad, y se puede decir que toda nuestra existencia a través de ellas. Y así, esto nos hace cada vez más dependientes de esos indicadores de aprobación, lo que resulta en graves consecuencias para nuestra autoestima.
Cuando las personas no reciben suficiente validación, empiezan a sentirse mal consigo mismas y a cuestionar su valor y atractivo; lo que les lleva también a la comparación con otros. El hecho de que los usuarios se sientan inclinados a publicar solo sus mejores fotos y «momentos más felices», crea una versión idealizada de todos. Como resultado, las personas se vuelven más inseguras e insatisfechas con sus propias vidas, al comparar con las imágenes perfectas que ven allí.
Efectos negativos en la concentración
Así mismo, cada vez que recibimos una notificación, un «me gusta», un nuevo seguidor o cualquier cosa parecida, nuestro cerebro libera dopamina, haciéndonos sentir bien momentáneamente. Sin embargo, la exposición constante a esos estímulos, causa que la línea base de la dopamina se eleve mucho, lo que significa que necesitaremos recibir mayores estímulos y con mayor frecuencia para sentir el mismo nivel de placer que antes. Esta es la esencia de su estrategia para hacernos adictos y empujarnos a volver a ellas una y otra vez a lo largo del día. Debido a esto, mantenernos enfocados en una sola actividad se vuelve dramáticamente aburrido, lo que nos lleva constantemente a buscar la mínima cosa para desviar la atención de lo que estamos haciendo.
Hay que aclarar que esta intolerancia a la concentración y el enfoque, debido a la dependencia de estímulos constantes, no solo es causada por las redes sociales. Pero se ha podido demostrar que estas llegan a jugar un papel muy importante en esto.
Efectos negativos en las relaciones
Por otro lado, es irónico que las redes sociales se promocionen como una forma de conectar mejor con los demás, cuando lo que están haciendo es entorpecer las conexiones reales. Sucede que, a pesar de su accesibilidad y facilidad para interactuar con otras personas, su existencia no siempre es positiva. De hecho, nos volvemos tan adictos a usarlas que llegamos a poner mucho más peso a la interacción con extraños en línea, que a las interacciones reales con las personas más importantes en nuestra vida.
Pasamos horas desplazándonos por nuestros feeds y al hacerlo perdemos la oportunidad de relacionarnos con el mundo real. Perdemos de vista lo que realmente importa: la conexión y el significado. Si te pones a analizar, es bastante sencillo dejar un mensaje de felicitación en el perfil de Facebook de un amigo por su cumpleaños, o hacerle un comentario positivo a través de una publicación, pero eso no es lo mismo que tomarte el tiempo de llamar o visitarle para compartir una experiencia significativa con él. La verdadera conexión va más allá de dos líneas de texto y un emoji con corazones.
Y es que han llevado nuestras relaciones a un mundo de inmediatez y superficialidad. Ahora queremos todo rápido y fácil, sin poner esfuerzo o tiempo en la construcción de algo más profundo. Estas plataformas nos han dado la ilusión de una conexión inmediata y constante, cuando en realidad estamos perdiendo la verdadera esencia de una conexión significativa.
Efectos negativos en la salud mental
Por último, se ha podido conocer de la estrecha relación de las redes sociales con la ansiedad y la depresión. Numeroso estudios respaldan esto. Por ejemplo, un estudio de 2018 publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology encontró que limitar el uso de las redes sociales durante solo tres semanas mejoró significativamente el bienestar psicológico de los participantes. Otro estudio de 2020 publicado en la revista Depression and Anxiety encontró que el uso de las redes sociales se asoció con una mayor prevalencia de síntomas depresivos y de ansiedad en adolescentes. Y esto no es ni de cerca toda la investigación que se ha realizado para afirmar lo mismo.
En conclusión, las redes sociales pueden afectar negativamente la salud mental al generar comparación social, presión por mantener una imagen perfecta, falta de sueño, desconexión social, soledad entre otras cosas.
Dejando de regalar tu tiempo
Y… ¿qué pasa con todo el tiempo que empleamos en ellas?
Es común escuchar a muchas personas decir que no tienen tiempo suficiente para realizar el tipo de actividades que podrían mejorar su calidad de vida. Sin embargo, estas mismas personas invierten más de dos horas al día en redes sociales, lo que significa que disponen de un tiempo considerable que podrían emplear para cualquier otra cosa.
Si solo lo aprovecharan en actividades que realmente les aportaran beneficios, podrían obtener resultados sorprendentes. Pero no lo hacen. Entonces, nunca se vuelven más saludables, ni aprenden a ganar más dinero, ni se convierten en una persona de respeto en su comunidad. Todos estos son anhelos que la mayoría tenemos, pero muchos acostumbran a perder tiempo y energía en distracciones que les impide alcanzarlos.
Hoy en día, las aplicaciones de redes sociales ofrecen la posibilidad de ver cuánto tiempo has invertido en cada una de ellas. Te invito a que lo busques y sumes todas las horas que malgastas en eso a la semana. Luego, pregúntate qué sería de tu vida si solo invirtieras ese tiempo en otras actividades como tener fuertes interacciones con personas que aprecias, auto-reflexionar, hacer ejercicios, desarrollar habilidades o trabajar en un emprendimiento. Te aseguro que no tardarías en comenzar a experimentar un cambio muy positivo en las áreas que más te importan.
Usando las redes sociales de la manera adecuada
Ahora bien, por supuesto que las redes sociales han demostrado su utilidad en muchos aspectos. Nos comunican con personas de todo el mundo, nos mantienen al día con noticias y pueden ser usadas para aprender habilidades o adquirir conocimientos. Pero, más allá de su lado útil, el problema radica en el poco control que las personas tienen sobre ellas. ¿Usamos las redes sociales para fines positivos y controlamos su impacto en nuestras vidas? ¿O nos controla su algoritmo, llevándonos por un camino que no necesariamente nos beneficia?
También hay muchos que las utilizan para vender, promocionar su negocio o hacer crecer su marca personal. Es importante que, si ese es tu caso, las trates entonces como lo que son: una herramienta. Es decir, utilizarlas de manera profesional y no caer en la dependencia de ellas. Esto implica tener un enfoque claro y un plan estratégico. Implica establecer objetivos concretos y, sobre todo, no permitir que su uso te distraiga de lo que realmente te importa.
En definitiva, se trata de ser conscientes de que las redes sociales pueden ser una gran herramienta si se utilizan de manera responsable. Pero si permitimos que el algoritmo nos controle y nos dejamos llevar por la presión social, estaremos permitiendo que nos afecten negativamente, como ya hemos visto.
Toma conciencia del tiempo que pasas en ellas y asegúrate de utilizarlas de forma estratégica y controlada. Filtra a las personas y temas que sigues para que puedas crear un ambiente digital que solo te aporte información positiva. Evita por todos los medios caer en la dependencia o la adicción. Hazlo siempre de manera responsable y beneficiosa para ti.
I was very pleased to uncover this great site. I need to to thank you for ones time for this fantastic read!! I definitely appreciated every bit of it and I have you bookmarked to look at new information on your blog.