Es muy difícil, a lo largo de la vida, escapar del sentimiento que deja no ser correspondido, ser abandonado o engañado por la persona que creemos querer. Así mismo, es difícil también escapar de ser el causante de ese sentimiento en otra persona. Pero sucede que hay importantes lecciones en un corazón roto.
Tengo la creencia de que, en el fondo, somos nosotros quienes nos hacemos realmente ese daño y no la persona a la que culpamos por ello. ¿Por qué digo esto? Bueno, primeramente debemos hacer uso de nuestro sentido común. Debemos darnos cuenta que nadie puede permanecer en una relación cuando ha dejado de querer o de sentirse atraído por la otra persona. Debemos entender también que nadie es capaz de mandar en sus sentimientos. Y, aunque sé que hay gente a la que no le importa hacer daño a otros, por lo general, cuando «nos rompen el corazón», solo se trata de alguien que ha dejado de sentir lo que sentía. Pero de ninguna manera, fue algo que quiso o que esté haciendo para perjudicarnos.
El problema real
El problema es que, en muchos casos, logramos que así parezca al comportarnos de formas que ponen a la otra persona en una posición donde no le queda otro remedio que hacernos sentir peor. Pretendemos que siga con nosotros porque sí, porque le queremos, porque le necesitamos. Así que forzamos las cosas, creamos escenarios incómodos y le agobiamos para retenerle. ¿De qué otra manera puede terminar eso?
Si entendiéramos de primeras que no podemos hacer que alguien esté con nosotros por exigencia, por cariño, por lástima o por cualquier otra cosa que no sea amor o atracción, dolería mucho menos. Si entendiéramos que es natural que, en algún momento, una de las dos personas en la relación deje de sentir estas cosas, no habría necesidad de terminar de malas maneras.
Ahora, me pueden decir: «pero es que después de años descubrí que me engañaba». O «decía que me amaba pero solo me utilizaba». Lógicamente, son casos más extremos donde es casi imposible no sentirnos afectados. Esto puede llenarnos de sentimientos muy negativos. Pero también depende de nosotros sentirnos más dañados, adoptando una actitud débil al intentar recuperar la relación a pesar de todo. Depende de nosotros si empujamos o no a la otra persona a decir: «bueno, si no se respeta, no seré yo entonces quien lo haga». O depende de nosotros sentirnos más poderosos, manteniendo nuestros principios y cortando la relación de raíz. Esto último evita que el corazón sufra más de la cuenta y permite que se pueda recuperar mucho más de prisa.
Lecciones de un corazón roto
Por otro lado, vivir este tipo de experiencias lleva a muchos a terminar resolviendo una lección errónea. Una lección que dice que, para evitar ese dolor en el futuro, debemos convertirnos en una persona fría, desapegada, que no muestra afecto o que es liberal. Sin embargo, la única lección significativa que nos deja un corazón roto es que no podemos hacer que nuestra felicidad y bienestar dependan únicamente del afecto o la presencia de alguien más. Que debemos estar con la persona que queremos pero nunca cruzar la línea que hay entre querer y necesitar. Y una de las mejores formas de lograr esto es construyendo una vida que nos llene, independientemente del ámbito sentimental y las relaciones. Así que no es dejar de ser buenos, ni atentos, ni amorosos. Es no necesitar de otras personas para que nuestra vida tenga sentido.
Entonces, ¿le hemos roto el corazón a alguien alguna vez? ¿Nos lo han roto a nosotros? Posiblemente, a la manera de valorarlo por otras personas, sí. Pero nosotros hemos ido al fondo de esta creencia y regresado con un concepto distinto. Un concepto que nos hace tomar la responsabilidad y, debido a eso, nos da el poder para extraer lo mejor de la experiencia y crecer.
Me encantó leerte como siempre, pero más que un comentario me gustaría saber qué tal que fue un amor verdadero que incluso iba más allá de la distancia pero por circunstancias que se escapan de las manos hicieron que esto se enfríe y haha un paréntesis de alrededor de cuatro meses. Añado que existe una familia en el medio, crees que valga la pena intentarlo?
.Es asi! Tal cual! Siempre nos pudieron romper el ❤️, o lo rompimos nosotros. Siempre se refiere a las expectativas, valoración, que teníamos de la persona. Por eso, al entender eso, podemos extraer lo mejor de la experiencia, crecer y saber que la felicidad y bienestar es construyendo una vida que nos llene, independientemente del ámbito sentimental y las relaciones. Así que no es dejar de ser buenos, ni atentos, ni amorosos; es no necesitar de otras personas para que nuestra vida tenga sentido.