Un hábito que cambiará tu vida

Hace un rato pensaba en lo rápido que se ha ido este año. Quedan apenas cinco semanas y me parece que fue ayer que celebraba su inicio y me trazaba las metas que quería alcanzar. Pensaba también en cómo ha salido todo. Creo que he conseguido la mayor parte de las cosas que me propuse y, en algunos casos, superé mis expectativas. Pero, ¿por qué te cuento todo esto? Pues, sucede que todo esto se debe a un simple hábito; un hábito que cambiará todo en tu vida.

Estoy convencido de que el buen rendimiento que he conseguido se ha debido, por encima de todo, a algo que me propuse implementar desde el mismo comienzo de este año. Y es de eso que te quiero hablar. Quiero que tú también consigas superar tus expectativas en las cosas que te propones. Que tengas días llenos de energía y enfoque. Que fluyan ideas ingeniosas a tu cabeza todo el tiempo. Quiero que te dejen de abrumar los problemas y tomes acción sobre ellos rápidamente. Que vivas lleno/a de confianza y, sobre todo, que vivas feliz. 

Empodera tus mañanas

¿Cuál es este hábito maravilloso entonces? Pues se trata de empoderar tus mañanas. Se trata de empezar el día con una serie de pasos que te llenen de energía y te pongan a vibrar a una frecuencia muy alta. Y, antes que digas que esto será imposible para ti, permíteme hablarte un poco al respecto y contarte como conseguí implementarlo en mi rutina. Déjame también regalarte toda una serie de variantes para que elijas las que más se adapten a ti, y luego darte exactamente la que utilizo yo.

Lo primero que debes tener claro es que, la forma en que inicias tu día, condiciona en gran medida el resto de este. Así que, si arrancas como lo hace la mayoría (como lo hacía yo antes), levantándote demasiado ajustado/a de tiempo, teniendo prácticamente que correr para llegar al trabajo o hacer las primeras tareas que te corresponden… pues, es casi imposible que te sientas de buen ánimo y logres rendir adecuadamente.

Si en el primer segundo que tienes tomas tu celular para empezar a recibir toda esa información proveniente de tu correo electrónico, tus mensajes de WhatsApp y las redes sociales, o enciendes la radio o la TV para escuchar las noticias, será imposible tomar control de ti y enfocarte en lo que deberías. En cambio, te pondrás a merced de los demás y de todo lo que está sucediendo afuera que no te aporta nada positivo. Empoderar tus mañanas es muy poderoso. Es un hábito de alto rendimiento que cambiará tu vida. Pero lo primero que necesitas es alejarte de lo anterior para dedicar esa primera parte del día a ti y nada más que a ti.

Cómo empezar

Te contaré un poco de mi experiencia. Primeramente, debo reconocer que no fue para nada sencillo. Empecé adelantando la alarma 45 minutos y me quería morir día tras día cuando esta sonaba. Afortunadamente, estaba tan comprometido que jamás permití que el sueño ganara y, aún con este, me lanzaba de la cama cada mañana. Y es que, si no era capaz de hacer este pequeño sacrificio, ¿cómo se supone que sería merecedor de mejorar mi vida y alcanzar mejores resultados? Por lo tanto, en lugar de volver a atrasar mi alarma, comencé a ajustar mi horario de sueño para comenzar a acostarme antes. Pero, si por alguna razón un día no lo hacía, de igual modo me levantaba a la hora establecida.

Para mi sorpresa, luego descubrí que este «ritual matutino» era tan poderoso que, incluso habiendo dormido muy poco, conseguía tener más energía y agilidad (tanto física como mental) que cuando pasaba más tiempo en la cama. Además, debes saber que, el simple hecho de estar despierto, trabajando en ti, mientras la mayor parte del mundo duerme, te hace sentir tan bien que no quieres deshacerte de esa sensación nunca más.

Rutina incial

Entonces, ¿qué se supone que deberías hacer tú una vez estés despierto/a y tengas ese espacio de tiempo para ti? Bien, para poder hablarte al respecto, debo comenzar diciendo que todo esto comenzó para mí después de leer un libro increíble llamado Mañanas Milagrosas. Ya había escuchado sobre la importancia de esas primeras horas del día y lo que haces con ellas, pero en este libro, específicamente, se describían una serie de pasos que, posteriormente, serían los que comenzaría a probar. Según el autor, solo era necesario dedicar entre 5 y 10 min a cada cosa. Este era el orden:

SILENCIO (5 minutos): Comenzar cada día con un rato de silencio intencionado. Vendría siendo como una especie de meditación.

AFIRMACIONES (5 minutos): Repetirte a ti mismo/a, una y otra vez, las cosas que quieres lograr.

VISUALIZACIÓN (5 minutos): Imaginarte logrando tus mayores objetivos o tus sueños más increíbles.

LECTURA (10 minutos): Leer algo de desarrollo personal, motivación, autoayuda o algo en concreto que te interese aprender.

ESCRIBIR (5 minutos): Sacar los pensamientos de la cabeza y ponerlos por escrito.

EJERCICIO (10 minutos): Hacer un poco de ejercicio, aunque sea solo unos minutos cada mañana.

Ajustando la rutina

Con esta secuencia de pasos comencé yo. La única modificación fue extender un poco más la meditación y la lectura. Además, al principio no escribía ni hacía ejercicios. Me levantaba, me preparaba un té y, mientras lo dejaba enfriar, meditaba por 15 minutos. Luego, pasaba a las afirmaciones y la visualización. Automáticamente, iba por mi té ya un poco más frío y, en lo que me lo terminaba, dedicaba cerca de media hora a la lectura. A partir de ahí, comenzaba mi día tal como debería ser. 

Creo que estuve haciendo esto alrededor de un mes, mientras me adaptaba a despertar más temprano. Lo increíble era que cada vez quería dedicar más tiempo a este ritual. Me sentía tan bien a partir de ese momento que pasaba los días deseoso de llegar a esa hora de la mañana siguiente para llevar a cabo todo el proceso de nuevo. Así fui ajustando el horario de forma que empleaba cerca de dos horas a esto. La rutina también sufrió ajustes; una vez que terminaba de meditar (cerca de las 5:45am), tomaba mi té en el tiempo que me ponía mi ropa deportiva y salía a correr por una hora escuchando un audiolibro o un podcast. Luego me daba una ducha fría y arrancaba mi día.

¡Esto era realmente maravilloso! Y lo mejor era que, a medida que iba dándome cuenta de lo que mejor me hacía sentir o mejor me funcionaba, podía ajustar todavía más mi rutina principal y crear otras para utilizar en dependencia de lo que estaba buscando. Por ejemplo, ahora cuando me siento atormentado por el trabajo, suelo meditar por más tiempo, buscando más calma y enfoque. Si me siento bajo de ánimos, priorizo la visualización y es posible que acto seguido haga cosas como escribirme una carta a mí mismo como si fuese mi yo del futuro. Si siento mi energía algo baja, cambio la hora de correr por una hora levantando pesas en el gimnasio o boxeando. Pero, independientemente de lo que haga, esa primera parte de la mañana es para invertir en mí.

Ahora bien, la pregunta es: ¿Estás dispuesto/a tú a implementar este pequeño hábito que cambiará tu vida? ¿Te atreves a crear tu propia rutina de la mañana? Porque si de verdad quieres ver avances en tu día a día, esto va a funcionar para ti. Y lo mejor es que los resultados son inmediatos. Puedo asegurarte que hacerlo elevará significativamente tu energía, te llenará de confianza, cambiará tu actitud, te hará sentir más saludable, más preparado/a, más feliz, te hará comenzar a atraer cosas positivas y ser cada día una mejor versión de ti mismo/a.